lunes, 4 de agosto de 2008

La literatura puede cambiar el mundo, siempre que no intente cambiarlo.

Ponencia para el Foro de Consulta Arte, Cultura y Patrimonio.
Poza Rica, Veracruz. Julio de 2008

Quiero aprovechar este espacio, no para exigir presupuestos que muy pocas veces se logran (desafortunadamente) ni buscar el hilo negro en el arte, sino para exponer un ponto que, en mi experiencia, es fundamental para lograr un verdadero avance en el fomento a la literatura, desde lo pequeño.
Los grandes políticos, sociólogos, pensadores, han trascendido en la historia, por los cambios que de ellos han surgido, pero la verdadera base, es que estos, apostaron a futuro, a crear conciencia, a educar.
Para ilustrar mi punto, quiero citar a dos naciones que hoy por hoy están en boga, India y China, ambas han pasado de la marginación internacional, a ser punta de lanza en el desarrollo mundial, esto porque hace 30 años, decidieron apostarle a la educación, y hoy ven los frutos de esa determinación.
Mi propuesta es tal vez muy simple, pero requiere del máximo compromiso.
Establecer un nexo entre los niños y jóvenes con la literatura, para ello se necesita gente que sepa de literatura en las escuelas, implantar un programa de talleres de lectura, organizar redes de inducción, crear un circuito de talleres literarios (y es de este último del que me encuentro capacitada para hablar), no como parte de un programa de estudios, pues estos tienen el sello del oficialismo, que, sin demeritarlo, muchas veces da miedo a la mayoría de los alumnos, al pensar en calificaciones y reprobados.
Un taller literario, que tenga como primer objetivo, recrear el gusto por la lectura, motivar a los integrantes a seguir leyendo, esto, de la mano de un coordinador que sepa ubicar los gustos literarios de cada asistente, sin enaltecer o demeritar unos y otros.
Como segundo objetivo, llevar de la mano a cada participante y hacerlos debatir entre ellos. Inducirlos a la búsqueda de los valores estéticos y de trascendencia, dando las herramientas básicas para ello. Y como tercer objetivo, la realización de textos literarios entre los participantes.
Cabe señalar que el promedio de integrantes de un taller literario, es de 5 y 15 personas, para lograr una comunicación sin vicios y un trato de equipo, pero también personalizado. Y el tiempo que dura un taller literario, para tocar todos los puntos y lograr resultados, es de 3 años, aproximadamente.
De cada generación en un taller literario, no saldrán todos siendo escritores, pero sí saldrán lectores, buenos lectores, con gusto y capacidad para emitir un juicio de valor, estos a su vez, serán público cautivo, y con inclinación hacia los valores estéticos de la vida en general.
Por ello, es necesario establecer un circuito de talleres, para abarcar la mayor cantidad de foros de expresión.
Si bien, esta clase de trabajo no va dirigida a las masas, es su carácter de petit comité el que hace posible un verdadero cambio.
Las relaciones interpersonales son las verdaderamente trascendentes, en la vida y en la historia, los grandes cambios de pensamiento, los han gestado grupos pequeños, que logra contagiar a las masas, puedo citar muchos, pero me conformo con citar a la generación del 27 en España, o a los del Boom Latinoamericano, como ejemplo.
Muchas gracias.

IV Encuentro Iberoamericano de Poesía

IV Encuentro Iberoamericano de Poesía
Villahermosa, Tabasco.

En la presentación de De Triangulos Oscuros

En la presentación de De Triangulos Oscuros
8 de marzo de 2008

lctura en Tulancingo, hidalgo, dentro del 2 encuentro de escritores realizado en esa ciudad

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